Uber, Tesla y el nuevo transporte: ¿cómo será la publicidad en los vehículos autónomos?
Los vehículos autónomos, liderados por compañías como Tesla, Uber, Wayve, Zoox o Rimac, están a punto de redefinir no solo el transporte, sino también el espacio publicitario. Lo que antes era una simple herramienta de transporte, ahora se perfila como un entorno inmersivo y conectado, donde cada trayecto es una oportunidad de impacto.
La iniciativa más mediática hasta el momento es la de Tesla, que prevé lanzar este junio una flota piloto de 10 robotaxis en Austin, con el objetivo de escalar a 1.000 vehículos. Bajo el nombre de “Cybercab”, estos coches carecen de volante y están diseñados como auténticas salas de entretenimiento móviles. Incorporan pantallas, parabrisas con realidad aumentada e incluso capacidades de personalización impulsadas por inteligencia artificial. En términos de medios, dejan de ser vehículos para convertirse en plataformas móviles de retail media.
¿Cómo funcionará la publicidad en estos nuevos entornos?
Los modelos publicitarios que podrían aplicarse en los robotaxis representan una evolución del DOOH, pero con ventajas inéditas:
Impacto geolocalizado: Las marcas podrán proyectar anuncios en los parabrisas en función de la ubicación, como promociones en cafeterías al pasar frente a ellas.
Publicidad contextualizada por trayecto: Un usuario que se dirija a un estadio podría recibir anuncios sobre conciertos, merchandising o food trucks cercanos.
Gamificación: Las pantallas interiores podrían ofrecer juegos patrocinados por marcas que otorguen puntos de fidelización o descuentos según la interacción del pasajero.
Análisis en tiempo real: Los datos anónimos de los pasajeros (rutas, horarios, comportamiento) permitirían una segmentación precisa y una medición avanzada del rendimiento.
Un ejecutivo de agencia resumía el potencial con una frase clara: “Esto es DOOH con CRM”.
Más allá de Estados Unidos: Reino Unido y la adopción europea
En Reino Unido, el avance también es importante. La reciente aprobación del Automated Vehicles Act allana el camino para la circulación de vehículos autónomos de Nivel 4 en los próximos dos años. Aunque el 67% de los ciudadanos se muestra aún reticente, según una encuesta de YouGov, las pruebas reales no se detienen. El ejemplo más reciente lo protagoniza la BBC, que realizó un trayecto por Londres a bordo de un Ford Mach-E con tecnología de Wayve, sin que el conductor de seguridad tocara el volante.
Uber, por su parte, asegura estar “lista para operar” tan pronto como el marco regulatorio lo permita. Ya colabora con 18 empresas de tecnología AV (vehículos autónomos) y plantea que sus robotaxis estén operativos 20 horas al día en Estados Unidos, lo que multiplica las oportunidades de exposición para los anunciantes.
Del supermercado al volante: cómo evoluciona el retail media
El fenómeno no puede entenderse sin observar el auge imparable del retail media. Inicialmente limitado a los entornos de e-commerce y tiendas físicas, este modelo ha madurado hasta convertirse en uno de los canales publicitarios más rentables. En Reino Unido se estima que crecerá a un ritmo del 13% anual durante los próximos cinco años, y su expansión a nuevos entornos (como el audio, el gaming o la movilidad) era solo cuestión de tiempo.
Transformar un coche en una propiedad de medios es un paso lógico: si Amazon puede rentabilizar su sitio web con espacios patrocinados, ¿por qué no podrían hacerlo Tesla o Uber con sus flotas?
Privacidad, regulación y experiencia de usuario
Como en todo nuevo entorno digital, la confianza y la privacidad serán claves. La recolección de datos en cabinas cerradas puede generar rechazo si no se gestiona con transparencia y consentimiento explícito. Waymo ya ha declarado públicamente que no utilizará las cámaras interiores con fines publicitarios. Tesla, de momento, guarda silencio al respecto.
Además, el éxito no dependerá solo de la tecnología, sino de la experiencia de usuario. Si la publicidad es invasiva o molesta, el pasajero podría rechazarla de forma activa, igual que ocurre con los anuncios pre-roll en plataformas como YouTube. El reto será construir un ecosistema donde el contenido publicitario aporta valor real, se integra de forma fluida y respeta el control del usuario.
El verdadero potencial de los robotaxis como canal publicitario no reside en ofrecer anuncios aislados, sino en integrar el trayecto físico con el recorrido digital del consumidor. Desde una marquesina que introduce una marca, pasando por un impacto DOOH durante el viaje, hasta un cupón personalizado entregado al llegar a destino, el vehículo autónomo puede convertirse en un nuevo nodo del journey omnicanal.
Las marcas que lo entiendan antes que nadie serán las que lideren esta nueva era. Porque en un contexto donde captar la atención se vuelve cada vez más difícil, estar presente durante el trayecto puede ser más efectivo que aparecer solo en el destino.