¿Defensores de la web abierta o “cruzados" contra Google?
En el último episodio de la ya conocida cruzada de Movement for an Open Web (MOW) contra Google, el grupo activista vuelve a la carga con acusaciones demoledoras contra Privacy Sandbox, el conjunto de tecnologías que busca redefinir la publicidad digital en un mundo sin cookies de terceros. Esta vez, amparándose en un informe presentado por Google ante la CMA británica, MOW pone el foco en las supuestas debilidades técnicas y estratégicas del proyecto… con un tono que parece menos una crítica constructiva y más una celebración del posible tropiezo.
Según MOW, Google habría admitido que herramientas clave como Attribution Reporting API presentan márgenes de error alarmantes (de hasta el 100%) y que la propia compañía no planea utilizar Privacy Sandbox como única solución de Addressability. Las críticas en el artículo se multiplican, señalando una supuesta incoherencia ética por parte de Google, que estaría imponiendo a la industria una tecnología en la que ni siquiera confía plenamente.
Hasta aquí, todo dentro podría entrar dentro del debate habitual entre innovación tecnológica, intereses corporativos y exigencias regulatorias, pero cuando el foco se desplaza a los mensajeros, James Rosewell y Timothy Cowen, fundadores y principales portavoces de MOW, la conversación adquiere otro matiz. ¿Estamos realmente ante los defensores de una web más abierta y competitiva, o más bien ante dos figuras que han convertido a Google en su enemigo declarado, en una suerte de obsesión profesional que roza lo personal?
No es la primera vez que Rosewell y Cowen lanzan comunicados de tono incendiario tras cada mínimo “contratiempo" técnico de Google. Tampoco es casualidad que su narrativa esté impregnada de un dramatismo casi judicial, donde cada paso de la compañía de Mountain View se pinta como evidencia de una estrategia maquiavélica para aplastar la competencia. Y es que, cuando toda tu retórica gira en torno a un único antagonista, es legítimo preguntarse si la causa sigue siendo la web abierta… o si el foco se ha desplazado peligrosamente hacia el activismo, donde lo importante ya no es mejorar el ecosistema, sino simplemente ganar la batalla contra un gigante.
Ojo, que esto no significa que Privacy Sandbox esté libre de críticas técnicas, regulatorias o estratégicas, ni que Google deba ser inmune al escrutinio público, pero quizás sea hora de aplicar ese mismo rasero también a quienes se presentan como “salvadores” del ecosistema digital. Porque cuando el discurso se vuelve monotemático y predecible, la credibilidad sufre. Y en un momento donde la industria necesita diálogo, colaboración y soluciones reales, el ruido excesivo puede terminar siendo más parte del problema que del cambio.
En PROGRAMMATIC SPAIN creemos en el valor de la crítica constructiva, la información contrastada y el análisis libre de ataduras. Somos un medio independiente y agnóstico, comprometido con la verdad y con el desarrollo saludable del ecosistema digital. No buscamos señalar culpables ni generar confrontación gratuita. Es posible que, en ocasiones, nuestros análisis hayan incomodado tanto a Google como a otras compañías del sector, pero nunca ha sido esa nuestra intencion. Nuestra única lealtad es hacia los profesionales que trabajan cada día por una industria más transparente, sostenible y abierta. Porque solo desde el equilibrio y el pensamiento crítico podremos avanzar hacia un futuro digital mejor para todos.