Ohana en omnicanal: el éxito de la campaña de marketing del live-action de Lilo & Stitch

El estreno del live-action de Lilo & Stitch este mes de mayo no solo marcó el regreso de uno de los personajes más entrañables de Disney, sino también el despliegue de una de las campañas de marketing más ambiciosas y omnicanal del año. Lejos de las fórmulas tradicionales con princesas o cuentos de hadas, Disney apostó por el caos adorable de Stitch… y ganó.

Una estrategia omnicanal cargada de nostalgia y travesura

La campaña comenzó meses antes del estreno, con una narrativa que apelaba a la nostalgia de los fans del filme original de 2002, pero adaptada al lenguaje digital actual. Stitch no sólo volvió, sino que invadió otros universos: apareció en tráilers falsos de películas como La Sirenita, El Rey León y Thunderbolts, destruyendo escenas emblemáticas en una jugada de marketing transgresora, divertida y viral.

Además, Stitch se convirtió en un embajador hiperactivo del estreno. Desde entrevistas con influencers hasta transmisiones en TikTok donde “tomaba el control” de las cuentas, la mascota alienígena logró estar presente en todas partes. Y no era solo en pantalla: un animatronic de Stitch fue protagonista en la premier de Los Ángeles, saludó a fans en salas de cine e incluso escaneó boletos, haciendo de cada encuentro una experiencia memorable.

De las redes al retail: cuando el caos se vuelve negocio

El éxito de esta estrategia se vio reflejado también en el retail. Marcas como Sam’s Club, Miniso, H&M, Pandora, Owala, Krispy Kreme, Crocs y SPAM se sumaron con productos oficiales que incluían desde peluches y termos hasta colaboraciones de moda y ediciones limitadas de comida.

En México, las palomeras de Stitch en Cinépolis y Cinemex se volvieron objeto de culto, agotándose en preventa y generando una ola de reventas online.

La expectativa era tan alta que algunos fans hicieron fila durante horas para conseguir los productos exclusivos. Las cifras lo respaldan: la película ya ha superado los 340 millones de dólares a nivel mundial, rebasando ampliamente a su versión animada.

La conexión emocional con Lilo & Stitch en una campaña que trasciende generaciones

El mensaje central de la película—“Ohana significa familia”—fue potenciado por una campaña que priorizó lo emocional. En redes como TikTok e Instagram, miles de usuarios compartieron reflexiones sobre el duelo, la pertenencia y la familia elegida, fortaleciendo la conexión con nuevas generaciones que no crecieron con el clásico animado, pero que encontraron en Stitch un símbolo de empatía.

Incluso el arte fue parte de esta estrategia. En Italia, Disney colaboró con la Galleria dell’Accademia de Florencia para una instalación donde Stitch, fascinado por el David de Miguel Ángel, creaba su propia escultura. Este tipo de acciones, que combinan cultura pop con patrimonio artístico, lograron viralizar el mensaje de la película más allá del cine.

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Lo que nos deja el marketing de Lilo & Stitch

Esta campaña confirmó que, cuando se trata de storytelling emocional, creatividad transmedia y conexión con la comunidad digital, Disney sigue dominando el juego. Stitch no solo volvió a los cines: se convirtió en un fenómeno cultural, emocional y comercial, consolidando su lugar como el rey del caos… y del marketing contemporáneo.

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