Desconectar para reconectar: 7 claves (reales) para lograrlo este verano… incluso si trabajas en publicidad digital

Para los que trabajamos en el sector de la publicidad digital, desconectar en vacaciones es casi un deporte extremo. Vivimos con un móvil adherido a la mano que nos notifica todo: correos, campañas, reportes, briefings de última hora, movimientos en Salesforce, tickets de Jira, mensajes de Slack, y cómo no, WhatsApps de clientes.

Pero más allá de las notificaciones, hay algo peor: la culpa por desconectar, o ese pequeño susurro interno que te dice: “Si no estás pendiente, puede que se te escape algo importante”. Y ahí es donde aparece un viejo conocido del sector: el síndrome del impostor.

El síndrome del impostor no se toma vacaciones

Este fenómeno psicológico afecta de forma desproporcionada a perfiles exigentes y autoexigentes, como muchos de los que trabajamos en publicidad digital. Te hace sentir que si no estás siempre disponible, alguien lo notará, que si no respondes un email en 10 minutos, se cuestionará tu compromiso o que si desapareces una semana… igual descubren que no eras tan imprescindible. ¿El resultado? Nos cuesta apagar el móvil, y aún más apagar la cabeza, pero desconectar no es un lujo, es una necesidad estructural, y por ello hemos pensado compartir con vosotros algunas estrategias prácticas para poder desconectar durante tus merecidas vacaciones estivales.

7 estrategias prácticas para desconectar este verano:

1. Pon límites antes de marcharte

No te limites a poner el OOO en tu email y el Ausente en tu Slack: informa a tu equipo, compañeros y clientes cuándo estarás completamente fuera y quién será tu persona de backup y puedes incluso informar sobre qué tipo de temas pueden interrumpirte en tus vacaciones (si hay alguno). Los límites deben ser claros… pero ojo también tienen que ser respetados por ti.

2. Desactiva lo que no suma

Puede sonar fuerte, pero lo mejor es desinstalar todas las Apps de temas laborales (Slack, Gmail, Jira, Salesforce, etc.). Si no puedes desinstalarlas, por miedo a olvidar las contraseñas, etc. silencia o quita las notificaciones: no ver = no pensar = no entrar en bucle.

3. Bloquea una ventana diaria (si es necesario)

Si necesitas revisar el correo, hazlo solo una vez al día, siempre en la misma franja horaria y con un máximo de 30 minutos por ejemplo. Con esto evitarás la falsa sensación de urgencia constante.

4. Reeduca el canal WhatsApp

Si te escriben cosas de trabajo a tu WhatsApp (que normalmente es personal), redirígelas al canal oficial: “Muchas gracias por escribirme, pero estoy de vacaciones, así que si es urgente puedes contactar con X. A la vuelta me pongo al día”.

Cuanto más lo normalices tú, más lo respetarán los demás.

5. No estás solo en tu empresa: deja un plan B

Informa quién queda como contacto o backup y no dejes tareas “flotando” y sin responsable antes de irte. Manda antes de irte un email al equipo con los temas en los que estar atentos, esto reducirá tu ansiedad y reforzará la confianza del equipo.

6. Llena tu espacio libre, pero sin pantallas

La desconexión no es solo apagar dispositivos, sino también encender experiencias:

  • Ponte a leer cosas que no sean de trabajo, preferiblemente ficción y siempre sin un objetivo claro, más allá del propio disfrute de la lectura.

  • Escucha ese disco de tu artista favorito que lleva tiempo en tus listas de Spotify cogiendo telarañas.

  • Prueba a dormir sin alarma.

  • Camina sin rumbo ni horario fijo.

  • Estate sin producir, sin hacer nada… observando las olas del mar, la montaña o los pájaros en el cielo.

  • Y sobre todo pasa tiempo de calidad con los tuyos, ese tiempo que normalmente te quejas que no tienes.

Recuerda, no hace falta llenar la agenda de cosas “útiles”, solo de cosas tuyas.

7. Descansar es parte del trabajo

Desconectar no es una negligencia, es regeneración. Si te sientes culpable por descansar, no necesitas más compromiso… necesitas ir al psicólogo. El síndrome del impostor te grita que no pares, pero el profesional maduro sabe que parar es lo que garantiza que puedas seguir aportando valor el día de mañana.

Lo que está en juego no es un briefing… es tu salud mental.

Una campaña o presentar una oferta, puede esperar; un cliente también. Lo que no espera es tu sistema nervioso, así que este verano, hazte un favor profesional y humano: Desconecta y reconecta contigo, y recuerda que nadie te ha fichado por contestar rápido… sino por pensar bien.

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